Mientras que en paises ricos se suspenden la vacunacion para el virus del papiloma, Bolivia sigue siendo pais de experimentación.-
Según el periódico
La Razón (La Paz, Bolivia, 19 de julio de 2011) el Ministerio de Salud y
Deportes y el Centro de Investigación, Estudios y Servicios, Salud
Sexual Reproductiva (CIES), están realizando la campaña de la vacuna
Gardasil para la inmunización del virus del papiloma humano (VPH),
causante del cáncer cervical uterino. En 2009 se vacunó a 3.700 niñas
del área rural entre 9 y 12 años de edad. En 2010 fueron 30.000 y este
año 2011 se llegará a 50.000.
Como
justificación de la campaña se indica que, según la OPS, en Bolivia
cada día fallecen dos mujeres por el cáncer de cuello uterino, siendo
la segunda causa de muerte de mujeres. Por su parte el Ministerio de
Salud, citando a un informe de la OMS (2007), eleva esa cifra de muerte
diaria a cinco mujeres. El causante del cáncer de cuello uterino es el
VHP, una enfermedad de transmisión sexual para la que el preservativo
no protege.
Según el director ejecutivo del CIES, Johnny
López, además de esta campaña, en el año 2012 se hará una investigación
posvacunación para ver si los anticuerpos contra los virus se
mantienen en las niñas vacunadas por encima del 90 por ciento,
especialmente en las que fueron inmunizadas el 2009.
Aunque
la evidencia científica dice que después de siete años de vacunadas
las niñas mantienen los anticuerpos por encima del 90 por ciento,
queremos saber qué pasó con las niñas vacunadas y hacerles seguimiento.
“Se identificará si la reacción y los anticuerpos se mantienen, lo
contrario significaría que vacunamos pero que no se ha tenido el
efecto” esperado. Si no hay efecto se les pedirá hacerse el papanicolau
porque la gente (vacunada) se puede confiar y nosotros tenemos la
obligación de dar una información clara y oportuna”. Para este estudio
se pedirá asesoramiento de expertos del Centro para el Control y la
Prevención de Enfermedades de Atlanta, Estados Unidos.
Además
se quiere investigar cuáles, de entre los más de 100 genotipos de VPH
que se conocen, son los más frecuentes en Bolivia. La vacuna Gardasil
inmuniza contra los tipos 16 y 18 causantes en un 70% del cáncer
cérvicouterino. Es producida por la empresa estadounidense Merck &
Co. El valor de las tres dosis es elevado, más de 300 dólares, pero por
ahora llegan al país a 15 dólares. “Hay una decisión fuerte del
Ministerio de Salud para hacer que sea un programa regular”. El
Ministerio de Salud la pone gratuitamente.
Hasta aquí la
información de los promotores de la vacunación. Sin embargo no informan
que en varios países, entre ellos EEUU, India, Francia, España,
Alemania y Canadá, diversos colectivos de médicos, científicos y
personas afectadas han solicitado suspender la campaña de vacunación
porque la eficacia de las dosis es reducida y el índice de casos
presentados no amerita la inversión que se hace. Tampoco se da conocer
que la vacuna aumenta en un 44% el riesgo de cáncer uterino si la
persona vacunada tenía el VPH antes de la vacunación. Además no se
informa de manera suficiente sobre los efectos secundarios adversos,
entre los que se atribuyen varias muertes (VAERS Report 2009).
Todo
ello despierta la sospecha de que los fabricantes de esta vacuna con
la colaboración de CIES y la aquiescencia del Ministerio de Salud están
utilizando a niñas bolivianas para investigar los efectos de la
vacuna, cuyos efectos a mediano y largo plazo todavía no se saben con
exactitud. Hay que recordar que empresas farmacológicas inescrupulosas
experimentan sus medicamentos en países menos desarrollados donde no
existe una estricta legislación defensora de pacientes damnificados. En
el caso de que la vacuna cause efectos adversos no podrán reclamar las
grandes indemnizaciones que se exigen en EEUU.
Eso
explica que estas empresas no sólo regalen medicamentos o vacunas, sino
que también ofrezcan, bajo diversas formas, generosos regalos o
subvenciones a las organizaciones y autoridades que promueven y
autorizan estas campañas. Hay también indicios de que la aprobación de
esta vacuna que dio la FDA en EEUU fue precipitada y manipulada <http://www.lifesitenews.com/news/archive/ldn/2007/feb/07022109>.
Otra
posible confirmación de esta sospecha se ve en las donaciones que
Merck & Co. otorga a la Federación Internacional de Planificación
Parental (IPPF), la organización mundial no gubernamental más grande
para la promoción de la salud sexual y reproductiva según la ideología
de “género”, incluyendo el aborto, cuya filial en Bolivia es
precisamente CIES <http://www.lifesitenews.com/news/archive/ldn/2007/oct/07101807>.
Por
todo lo anterior se deberia considerar que de ninguna manera se debe imponer
esta vacuna como obligatoria, mientras no se aclaren las objeciones
indicadas. Además, en el caso de menores de edad para poner esta vacuna
y para hacer investigaciones complementarias se debe pedir el
consentimiento libre y bien informado a los padres o tutores.
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