Los costos del sector salud adquirieron una dinámica propia marcada
por la necesidad de una permanente actualización tecnológica, la presión
del envejecimiento de la población y el elevado costo de la
“judicialización de la medicina”…
Los costos del sector salud adquirieron una dinámica propia marcada
por la necesidad de una permanente actualización tecnológica, la presión
del envejecimiento de la población y el elevado costo de la
“judicialización de la medicina”, por lo que aún si los precios de la
economía se mantuvieran constantes, los del sistema sanitario seguirían
subiendo, advirtieron hoy especialistas del sector.
Esto plantea un desafío para financiadores y prestadores, que se ven
obligados a invertir cada vez más fondos para garantizar la calidad de
servicios a los pacientes y no quedar relegados en la carrera por
mantenerse actualizados con los últimos avances tecnológicos.
Así surge de las conclusiones difundidas del reciente XIV Congreso
Argentino de Salud que se realizó en Mar del Plata, organizado por la
Asociación Civil de Actividades Médicas Integradas (Acami) bajo el lema
“La salud en los extremos de la vida”.
Hubo coincidencias en que los costos del sistema sanitario crecen
hasta cuatro veces más que los del resto de la economía, por
incorporación de la moderna tecnología, la presión sobre la demanda a
consecuencia del envejecimiento poblacional y la judicialización de la
medicina, a través de los recursos de amparo y los juicios por mala
praxis, entre otros factores.
El presidente de Acami, Marcelo Mastrángelo, advirtió que el problema
es mundial y que “aún con inflación cero, los costos sanitarios
registrarían inevitables aumentos periódicos”.
“En los Estados Unidos, mientras el costo de vida ronda el 3,5 por
ciento anual, la inflación en el sector salud es casi cuatro veces mayor
y alcanza el 12 por ciento. Del mismo modo, en Europa, con una
inflación del 1 por ciento, los costos sanitarios rondan el 7 por ciento
anual”, explicó Mastrángelo.
“Los conocimientos y los tratamientos han evolucionado y permiten
tratar hoy afecciones que antes no tenían cura. Por eso, en los países
desarrollados los costos de la salud superan ampliamente a la inflación y
suben más velozmente que el resto de los precios de la economía”,
graficó el titular de Acami.
“Aunque en esta proyección no se muestran ni la inflación ni los
aumentos salariales, sólo los aumentos en los seguros, los juicios por
mala praxis, el impacto de los recursos de amparo sobre el sector, la
incorporación de nuevas coberturas médicas y la medicina defensiva,
generan al sistema un costo adicional estimado en mil millones de
dólares anuales”, aclaró el informe.
Cuestión de edad. En el Congreso también se consideró el
envejecimiento poblacional como una de las causas del incremento de los
presupuestos sanitarios, ya que los mayores de 65 años son ya casi el 11
por ciento de la población y requieren entre 3 y 5 veces más recursos
sanitarios que el resto.
Así, en sólo una década, ese sector pasó de menos del 4 por ciento de
la población en 1991 a mas del 9 por ciento en 2001 y el 10,2 por
ciento en el último censo. Los ancianos demandan mayores prestaciones, y
los especialistas alertan que aún no se cuenta con programas o recursos
para enfrentar ese creciente problema.
Los prestadores de servicios de salud señalan que los afiliados de
más de 60 años representan el 25,7 por ciento del padrón, pero demandan
el 63 por ciento de los medicamentos, lo que implica un fuerte impacto
en los costos de atención.
El envejecimiento de la población influye de manera irreversible en
los gastos de atención de la salud, ya que con una población de mayor
edad aumenta la incidencia de ciertas enfermedades relacionadas con la
vejez (Parkinson, Alzheimer, afecciones cardiovasculares, cáncer), y el
costo que tratarlas significa.
Por estas razones, afirma Acami, el sector pugna por participar en
las decisiones que lo afectan, “bregando por reconsiderar el marco
jurídico y regulatorio de la actividad, por estructurar la formación
profesional y generar el recurso financiero apropiado”.
Fuente: La Capital
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