- El tiempo del líder ha de estar al servicio de la organización y de los colaboradores, y no del propio capricho, comodidades o intereses.
- El líder debe atender bien a su gente y a aquellos que solicitan reunirse con él.
- Conceder la gestión del tiempo al asistente, tiene ventajas, pero también inconvenientes:
- Éste puede filtrar según sus propios criterios
- Se dejará llevar por sus preferencias
- Tiende a dar imagen de una poco razonable superioridad sobre otras personas.
- Causa conflictos entre la agenda que lleva el propio líder y la que ella pilota, etc.
- Reuniones continuas e interminables son señal de poco que hacer, por mucho que se corra.
- El trabajo en solitario suele ser muy fructífero, pero exige "defender" horas sin interrupciones. Pocos líderes aprender a hacerlo, porque es precisa una voluntad bien formada, y unas ideas claras sobre hacia dónde se camina.
- Escribir las alternativas ante un determinado problema, ayuda a agilizar las reuniones.
- Convocar reuniones sin que estén todos los implicados, o no prepararlas, es una solemne pérdida de tiempo y energías.
- La puntualidad honra a quien la vive, pues exige y manifiesta un consistente control de la propia voluntad.
- Quienes se creen superiores, abarcan más de los que pueden y acaban quedando mal con muchos.
- A veces merece la pena llevar un diario exhaustivo durante algunas semanas, para reflejar allí a qué se dedica el tiempo.
- El tiempo de lectura (de formación, en general) no es perdido sino utilísimo.
- Si se tienen claros los objetivos, estructurarlos resulta bastante sencillo. Si falla lo primero, se va a la deriva. Demasiados líderes dan palos de ciego, porque no saben no quiénes son en realidad, ni lo que valen, ni a dónde van.
- Dentro del horario más intenso no deben de faltar ratos de tranquilidad para la reflexión.
- Cada cambio de actividad hace perder tiempo. Es mejor dividir el día por conceptos espacio-temporales, y lo mismo cada semana, y cada mes, y cada año...
- El teléfono es una gran ladrón de tiempo. Se modera, si se delimitan los periodos de llamada y de recepción de comunicaciones.
- Es necesario un orden con los papeles y documentos para no perder el tiempo.
Cuando
un hombre es feliz no siente el transcurrir de las horas. El trabajo
debe ser una ocupación gozosa, donde uno lo pase bien. E igualmente la
familia. Por eso, sería bueno que costase cortar con una actividad para
acudir a atender la otra, pero porque se disfruta en ambas, no porque se
huya de una de las dos (o de las dos).
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