Afrontar el relevo generacional es uno de los momentos más críticos. La sucesión en la empresa familiar debe visualizarse como un proceso en el que lo que se sucede no es una persona sino un rol.
La sucesión es un proceso que insume un tiempo, el necesario para
consolidar una serie de acuerdos satisfactorios y sustentables para
todas aquellas personas que estén vinculadas con el sistema empresa
familiar. Podemos sintetizarla como una acción de transferencia.
Pero hablar de sucesión con el empresario familiar, despierta cierto
resquemor ya que percibe que por el sólo hecho de tratar el tema ya
tiene que irse de la empresa, abandonar el sueño de su vida y lanzarse
al vacío. La buena noticia es que retirarse no es irse, que al comenzar
con un plan de sucesión, lo que se sucede es un rol, y no una persona o
una trayectoria.
Se trata pues de un proceso que aunque complejo,
con una adecuada metodología no debe conllevar mayores inconvenientes
que los que plantea la construcción de acuerdos entre personas que
tienen en común el mismo objetivo, la trascendencia, de la familia y de
la empresa.
- 04/09/2011 00:02 , por Redacción LAVOZ
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