domingo, 4 de noviembre de 2012

Neumonía: todo lo que hay que saber.-

Si bien es esperable que el pico de casos de esta enfermedad se dé en los meses de más frío, nunca está de más recordar que desde 2010 es obligatoria en niños una vacuna para prevenirla y recomendable su aplicación en los mayores de 50 años. Síntomas de alarma para consultar a tiempo


Como todas las enfermedades respiratorias, la neumonía tiene su pico de casos en otoño e invierno, pero dada la gravedad que este tipo de cuadros puede acarrear, no conviene descuidarse tampoco en primavera.
Es por eso que Infobae.com consultó a especialistas en la materia para conocer los riesgos y complicacionesde esta enfermedad, así como sus síntomas y métodos de prevención.
“Llamamos neumonía a la infección del pulmón. Los pulmones están formados por dos tipos de tejidos: las vías aéreas de conducción (bronquios) y los alvéolos que son como bolsitas de tejido que cumplen la función de oxigenar la sangre. Cuando esta parte del tejido pulmonar se infecta, se llena de moco y de pus y ese cuadro se denomina neumonía”. Así la definió el doctor Alejandro Videla (MN 85.057), médico neumonólogo, coordinador de la Clínica de Tabaquismo, Hospital Universitario Austral.
Por su parte, el doctor Ariel Bardach (MN 95508), médico epidemiólogo e investigador del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS) destacó que “la neumonía puede afectar a las personas de cualquier edad. Puede ser una infección grave en niños pequeños o en personas con trastornos en su sistema inmunitario (defensas del organismo)” y remarcó que “predomina en los meses de otoño-invierno”.
Recientes estudios determinaron cuáles son los gérmenes responsables de la infección pulmonar. Y hallaron que la bacteria que provoca esta patología más frecuentemente en chicos de nuestra región es el neumococo o Streptococcus pneumoniae, y luego el H. Influenzae, el M.pneumoniae y el staphylococcus aureus.
Bardach explicó que “los gérmenes que la causan están presentes en las secreciones nasales de adultos(aunque no presenten síntomas), o en objetos contaminados. Los chicos nacidos prematuros o de bajo peso, los que no reciben leche materna, o los que viven en ambientes hacinados tienen mayores posibilidades de contraerla”.
A lo que el doctor Edgardo Sobrino (MN 86417), médico neumonólogo e investigador del IECS agregó que “estos gérmenes pueden llegar al pulmón por tres vías distintas: por aspiración desde la nariz o la faringe, por inhalación o por vía sanguínea”.
En ese sentido, Videla destacó que “la neumonía es causada bien porque la persona aspira desde la boca gérmenes que llegan hasta el pulmón mientras duerme o bien al inhalar las partículas microscópicas de saliva que todos eliminamos al estornudar, toser e incluso al hablar. Frecuentemente una infección viral puede preceder a la aparición de una neumonía“.
Las personas con mayor riesgo son los lactantes y los ancianos. De los pacientes que necesitan ser internados por neumonía en una terapia intensiva hasta el 36% pueden llegar a fallecer por esa causa. En cambio cuando la neumonía es leve y no necesita internarse, no suele causar muertes”, sintetizó el especialista, quien detalló que la neumonía “en la Argentina es la sexta causa de muerte en general y la quinta causa en mayores de 60 años”.
Consultados sobre el tratamiento, Videla destacó que “dado que las neumonías son más comúnmente causadas por bacterias y se tratan con antibióticos. Si la neumonía es grave, se debe dar tratamiento de sostén como hidratación, oxígeno suplementario y soporte del medio interno. Cuando una persona sufre un cuadro de tos y fiebre alta, es recomendable que consulte a un médico a fin de descartar si es solo un cuadro gripal o pueda tratarse de una neumonía. No es recomendable tomar antibióticos por cuenta propia ya que si el cuadro es viral no lo modificarán y si es una neumonía es prudente que la elección del antibiótico la realice el médico. El diagnóstico y tratamiento precoz de las neumonías predicen una mejor evolución”.
En tanto Sobrino recomendó  que “la sospecha clínica obliga a realizar una radiografía de tórax para confirmar el diagnóstico“.
Y Bardach resaltó que en niños se recomienda mantener la lactancia, darles abundante líquido, controlar la fiebre con métodos convencionales y antitérmicos”, mientras que “en adultos también es relevante la buena hidratación, el reposo y los antitérmicos”. En ambos casos, además del tratamiento específico con antibióticos, de los que deberá respetarse la dosis y duración indicada.
Cómo prevenir
Además de la aplicación de la vacuna contra el neumococo obligatoria en niños desde 2010 y de la recomendación que existe en adultos mayores de 50, Bardach destacó que “se recomienda lavarse frecuentemente las manos y evitar o minimizar el contacto con las secreciones (los gérmenes se eliminan a través de los mocos con la tos, estornudos, etc)” y en caso de contagio es aconsejable que “los niños permanezcan en el domicilio mientras reciben el tratamiento, usen sus propios utensilios y elementos personales y se higienicen por separado”.
A lo que Sobrino agregó las neumonías más frecuentes “se originan por gérmenes que habitan en nuestras vías respiratorias; muchas comienzan tras un proceso viral o gripal”.
Síntomas de alarma
  • Generalmente, es precedida por una enfermedad como la gripe o el catarro común.
  • Fiebre prolongada por más de tres días, en particular si es elevada.
  • La frecuencia respiratoria aumentada
  • Se produce un hundimiento o retracción de las costillas con la respiración que se puede observar fácilmente con el pecho descubierto.
  • Las fosas nasales se abren y se cierran como un aleteo rápido con la respiración (principalmente se da en niños).
  • Quejido en el pecho como asmático al respirar.
  • Tos que puede producir una expectoración de tipo muco-purulento (amarillenta), fiebre alta que puede estar acompañada de escalofríos. Limitación respiratoria también es frecuente así como dolor torácico de características pleuríticas (aumenta con la respiración profunda y con la tos). También pueden tener hemoptisis (expectoración de sangre por la boca durante episodios de tos) y disnea. Suele acompañarse de compromiso del estado general (anorexia, astenia y adinamia).
  • Al examen físico general es probable encontrar taquicardia, taquipnea y baja presión arterial, ya sea sistólica o diastólica.
  • El paciente infantil tiene la piel fría, tose intensamente, parece decaído, apenas puede llorar y puede tener convulsiones, se pone morado cuando tose, no quiere comer (afagia), apenas reacciona a los estímulos. El cuadro clínico es similar en el paciente adulto.
  • En adultos sobre 65 años es probable una manifestación sintomática muchísimo más sutil que la encontrada en personas jóvenes.

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