lunes, 2 de agosto de 2010

EN EL HORIZONTE APARECE UNA MESETA

Hay bastante consenso en que la demanda de mano de obra entró en un proceso de desaceleración. Roxana Acotto. LA VOZ. 01.08.2010
Aunque la tasa de desocupación mostró una nueva baja en el segundo trimestre y, según adelantó la Presidenta, cayó al 7,9 por ciento, hay bastante consenso entre los especialistas en Recursos Humanos en que la demanda de mano de obra entró en un proceso de desaceleración que, en muchos casos, tiende a convertirse en meseta. Razones no faltan: contratar personal nuevo siempre es una medida que se toma mirando el mediano plazo y Argentina entrará, en pocos meses, en un año electoral que ‘meterá ruido’ a todo el panorama económico.
Además, pese a que la demanda sigue sostenida del lado de la oferta, muchos empresarios prefieren estirar la toma de decisiones sobre nuevas inversiones forzando al máximo su capacidad instalada. "Hay muchas empresas en las que la capacidad de producción está totalmente colmada, y que hoy ya deberían estar pensando en grandes inversiones, pero esto no ocurre, las que se hacen son menores", coinciden los titulares de las agencias de búsqueda de personal.
Adicionalmente, con incrementos salariales que arrancan en el 25 por ciento anual, es lógico que las empresas sean más cautelosas a la hora de aumentar la cantidad de empleados. "Los empresarios son muy sensibles a los avatares de la economía y por ahí los gerentes o encargados de tomar personal van moviéndose en función de las noticias que se publican", dicen.
Un dat o no menor en este contexto es la gran concentración de búsquedas de gerentes de recursos humanos especializados en temas laborales que las consultoras debieron realizar en enero último (un mes tradicionalmente planchado). "Las empresas veían que se venía un año duro, tenso en lo laboral por las paritarias y la inflación creciente, entonces se adelantaron para tener gente especializada para esas negociaciones", comentan.
Cuantitativamente, una desocupación inferior al ocho por ciento es un buen indicador, pero esconde algunos problemas estructurales de vieja data, como un núcleo duro de jóvenes con muy pocas chances de inserción laboral.
En el otro extremo, el personal técnico y calificado puede optar por saltar de empresa a empresa mejorando su posición salarial, pero complicando la planificación de las compañías.

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