La mala ubicación de la
Argentina en el ranking de los sistemas sanitarios del mundo, realizado
por la Organización Mundial de la Salud, no hace sino poner de relieve
los antiguos déficit que aquejan a nuestro país en la materia y la
consecuente necesidad de revertirlos.
Por primera vez, la OMS realizó un análisis exhaustivo sobre el
funcionamiento de los sistemas de salud en los 191 países miembro,
comparándolos de acuerdo con la disponibilidad y el uso de sus recursos.
El estudio se realizó en base al relevamiento de cinco indicadores, que
incluyeron no sólo el clásico de nivel de gasto, sino cómo se utilizan
los recursos, las desigualdades de atención entre los distintos sectores
de la población, los gastos familiares en salud y hasta el trato que
reciben los pacientes en los hospitales. Comparando estas variables, se
elaboró un porcentaje de eficiencia del 1 al 100, quedando a la cabeza
Francia.
La Argentina se ubicó en el puesto 75, muy detrás de Chile, que está en
el puesto 33, de Costa Rica, que ocupa el 36, de Cuba, ubicada en el 39,
y también de Colombia, Venezuela, Paraguay, México, Uruguay y
Nicaragua.
Si se tiene en cuenta que los gastos efectuados en salud por la
Argentina —823 dólares anuales per cápita— la colocan en el puesto 34,
se advierte que son principalmente las deficiencias del sistema las
causas de la mala calidad sanitaria.
Un solo dato ejemplifica las distorsiones: 11 millones de personas deben
recurrir al hospital público porque no tienen ninguna cobertura médica.
Ello implica que los sectores más desprotegidos de la sociedad deben
destinar parte de sus magros recursos a la salud, al carecer de algún
seguro que los proteja. Sólo en medicamentos se drenan cuantiosas sumas
de los presupuestos familiares.
La reorientación eficiente y equitativa del gasto en salud es uno de los
objetivos que se propuso la OMS al elaborar este ranking y demostrar
que no es sólo cuestión de tener mucho presupuesto, sino de aplicarlo
bien para garantizarle la salud al conjunto de la población. Un país
como Estados Unidos, que es el que más gasta en términos de su PBI
—3.700 dólares al año por persona—, está ubicado en el puesto 37 del
ranking por la cantidad de gente sin cobertura. Por contraste, países
chicos, como San Marino, Andorra o Singapur, lograron mucho mejor
rendimiento.
Obtener una planificación adecuada y la utilización racional de los
recursos son dos tareas centrales e indelegables del Estado para
brindarle a toda la población una cobertura sanitaria de mejor calidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario