Dirigente humanitario de la ONU denunció la terrible realidad del país donde el cólera acecha.
Ginebra. Medio millón de personas
siguen viviendo en campamentos tras el terremoto que destruyó gran parte
de las infraestructuras de Haití el 12 de enero de 2010, dijo ayer el
coordinador humanitario de la ONU para este país, Nigel Fisher.
A pesar de que esa cifra representa una tercera parte del total de personas que llegaron a ocupar las instalaciones temporales, quienes quedan allí se enfrentan a “una situación que no es tan buena como la que había hace un año”, reconoció.
Al respecto, Fisher explicó que las carpas muestran un claro deterioro y se refirió al riesgo de que se reduzcan las actividades relacionadas con la provisión de servicios de saneamiento básico, distribución de agua potable y gestión de residuos. Indicó que ello es debido a que las entidades que se ocupan de esas tareas se están quedando sin fondos y están poniendo fin a sus operaciones o piensan hacerlo.
Esto podría tener igualmente un impacto en la epidemia de cólera que se registra en la isla, donde se han contabilizado cerca de 500 mil casos y más de 6.700 personas han muerto desde octubre de 2010.
Según Fisher, los expertos afirman que “la epidemia continuará en 2012, quizá con cientos de miles de casos más”, aunque su gravedad está lejos de los niveles alarmantes que alcanzó hace un año, cuando la tasa de mortalidad llegó al siete por ciento. Actualmente, el nivel de mortalidad se ubica en el uno por ciento, precisó.
Sin embargo, los huracanes y las eventuales inundaciones pueden ocasionar nuevos brotes en 2012.
Por otro lado, el responsable de las operaciones humanitarias de la ONU en Haití señaló que una quinta parte del medio millón de habitantes de los campamentos está bajo la amenaza de desalojo porque los propietarios de los terrenos ocupados los están reclamando.
Sobre la financiación de la ayuda para Haití, Fisher sostuvo que, de los 4.600 millones de dólares que prometió la comunidad internacional para la reconstrucción del país, el 88 por ciento ya se ha invertido o está comprometido para proyectos específicos.
01/12/2011 00:01 | Agencia EFE
A pesar de que esa cifra representa una tercera parte del total de personas que llegaron a ocupar las instalaciones temporales, quienes quedan allí se enfrentan a “una situación que no es tan buena como la que había hace un año”, reconoció.
Al respecto, Fisher explicó que las carpas muestran un claro deterioro y se refirió al riesgo de que se reduzcan las actividades relacionadas con la provisión de servicios de saneamiento básico, distribución de agua potable y gestión de residuos. Indicó que ello es debido a que las entidades que se ocupan de esas tareas se están quedando sin fondos y están poniendo fin a sus operaciones o piensan hacerlo.
Esto podría tener igualmente un impacto en la epidemia de cólera que se registra en la isla, donde se han contabilizado cerca de 500 mil casos y más de 6.700 personas han muerto desde octubre de 2010.
Según Fisher, los expertos afirman que “la epidemia continuará en 2012, quizá con cientos de miles de casos más”, aunque su gravedad está lejos de los niveles alarmantes que alcanzó hace un año, cuando la tasa de mortalidad llegó al siete por ciento. Actualmente, el nivel de mortalidad se ubica en el uno por ciento, precisó.
Sin embargo, los huracanes y las eventuales inundaciones pueden ocasionar nuevos brotes en 2012.
Por otro lado, el responsable de las operaciones humanitarias de la ONU en Haití señaló que una quinta parte del medio millón de habitantes de los campamentos está bajo la amenaza de desalojo porque los propietarios de los terrenos ocupados los están reclamando.
Sobre la financiación de la ayuda para Haití, Fisher sostuvo que, de los 4.600 millones de dólares que prometió la comunidad internacional para la reconstrucción del país, el 88 por ciento ya se ha invertido o está comprometido para proyectos específicos.
01/12/2011 00:01 | Agencia EFE
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