Los pedidos de nuevos trabajadores comenzaron con una buena dinámica, pero a partir de mayo el ritmo se aletargó.
01.08.2010 , por Diego Avila . LA VOZ.
Luego de un inicio de año bastante activo para la creación de empleo, la dinámica en la incorporación de nuevos trabajadores a las empresas parece estar amesetada. El frenético ritmo de las negociaciones salariales por la inflación y la incertidumbre que no abandona a los empleadores parecen ser los motivos.
Así lo advierten los titulares de las principales consultoras de Recursos Humanos en Córdoba. Reunidos por el Círculo de Anunciantes de La Voz del Interior en el restaurante Bohemian, Josefina Rex, gerente de Selección de Grupo Servicemen (Staff); Mariano Gewerc, gerente regional Centro Cuyo de Sesa Select; Martín Poncio, director regional de Manpower y Carlos González, director de Consultores de Empresas, analizaron la realidad del mercado laboral cordobés.
En este marco, aseguran que los pedidos de personal aumentaron sustancialmente en relación a 2009, con incrementos interanuales que van de cinco a 70 por ciento, pero que todavía están lejos de llegar a los niveles previos a 2008.
"Hasta mayo, la selección de personal nuevo crecía a un ritmo de 20 a 22 por ciento. De tener pedidos semanales de 30 trabajadores en 2009 a tener solicitudes de 120 es un crecimiento muy importante, pero antes de la crisis llegaban pedidos de 280 personas semanales. Un ejemplo es que antes las empresas pedían 20 vendedores, ahora piden de cuatro o seis", advierte Poncio.
En los primeros meses del año, sectores como la industria autopartista y metalmecánica, logística, consumo, entidades financieras, áreas de venta, servicios y call center se mostraron muy activos en los pedidos de empleados, además del sector tecnológico que durante la crisis de 2008-2009 no redujo los pedidos de técnicos y que promete mantener firme su demanda de empleo.
Falta inversión. "La curva de crecimiento del empleo de los primeros meses de año comenzó a amesetarse en todos los sectores; call center y servicios llegaron al nivel que querían, nada de planteles numerosos, y allí se quedaron", advierte Mariano Gewerc.
En Consultores de Empresas el freno comenzó a registrarse con anterioridad. "La cantidad de pedidos bajó entre mayo y junio, pero en julio comenzaron a reactivarse", dice González.
Martín Poncio no acuerda con la idea que los pedidos se reactiven: "La Encuesta de Expectativa de Empleo que realiza Manpower, después de haber llegado a cero por ciento, para el primer trimestre se ubicó en ocho, para el segundo llegó a 18, y en el tercero bajó a 11. Se espera que para el cuarto trimestre descienda a siete u ocho", asegura el ejecutivo.
Para el directivo de Manpower, muchas empresas utilizan toda la capacidad que tenían ociosa y para pensar en incorporar más personal deberían realizar grandes inversiones, lo que está claro que no sucederá.
"Las empresas no están realizando grandes inversiones, con lo que se quedan sin capacidad productiva para seguir incorporando gente", explica González.
Desbarajustes. Para Josefina Rex, los empresarios son muy sensibles a "los avatares" de la economía nacional: "Históricamente, julio fue un mes de pico en la demanda de empleo por parte de las empresas. Pero en el mes que pasó, cada vez que comenzaba alguna paritaria, la búsqueda se frenaba. Las paritarias definen el costo del empleo, marcan un rumbo. Los empresarios esperan que se fijen los salarios para después tomar empleados, por lo que puede que mejore en el segundo semestre".
La cuestión salarial se ha convertido en un factor condicionante en el empleo, tanto por el aumento en los costos laborales, como por las tensiones que generan entre empleador y empleado.
"La inflación produce un desbarajuste tal que ni el empresario y ni el trabajador saben dónde están parados", indica González.
"La masa salarial se mide contra el negocio; si el mercado "plancha" el precio y los costos aumentan, no se puede seguir aumentando los salarios. El problema es que, según el trabajador, la remuneración es baja y según el empresario el costo laboral es alto", opina Poncio.
El conflicto salarial no sólo se plantea entre el empleador y los trabajadores, sino también con los niveles gerenciales y mandos medios.
"En algunos rubros, los sueldos de los trabajadores se están acercando al de los gerentes. Los mandos medios siempre van rezagados en el aumento salarial; tienen que esperar hasta seis meses luego del aumento a los trabajadores", apunta González.
Según reseña Poncio, a fines del año pasado las consultoras esperaban incrementos salariales de 14 a 17 por ciento para este año, pero los convenios cerraron aumentos de 25 a 50 por ciento, retrasando el aumento salarial para los gerentes.
Otro problema que trajo la inflación y los permanentes ajustes salariales es la profundización en las diferencias entre las remuneraciones entre una empresa y otra.
"Esto era normal en Argentina, pero se acentuó en los últimos años. Hay tanta disparidad entre los sueldos de una empresa y otra que cambiarse de compañía se convirtió en la mejor manera de crecer económicamente; cambiar de trabajo para mejorar el sueldo ya es una tendencia", explica Gewerc.
Así lo advierten los titulares de las principales consultoras de Recursos Humanos en Córdoba. Reunidos por el Círculo de Anunciantes de La Voz del Interior en el restaurante Bohemian, Josefina Rex, gerente de Selección de Grupo Servicemen (Staff); Mariano Gewerc, gerente regional Centro Cuyo de Sesa Select; Martín Poncio, director regional de Manpower y Carlos González, director de Consultores de Empresas, analizaron la realidad del mercado laboral cordobés.
En este marco, aseguran que los pedidos de personal aumentaron sustancialmente en relación a 2009, con incrementos interanuales que van de cinco a 70 por ciento, pero que todavía están lejos de llegar a los niveles previos a 2008.
"Hasta mayo, la selección de personal nuevo crecía a un ritmo de 20 a 22 por ciento. De tener pedidos semanales de 30 trabajadores en 2009 a tener solicitudes de 120 es un crecimiento muy importante, pero antes de la crisis llegaban pedidos de 280 personas semanales. Un ejemplo es que antes las empresas pedían 20 vendedores, ahora piden de cuatro o seis", advierte Poncio.
En los primeros meses del año, sectores como la industria autopartista y metalmecánica, logística, consumo, entidades financieras, áreas de venta, servicios y call center se mostraron muy activos en los pedidos de empleados, además del sector tecnológico que durante la crisis de 2008-2009 no redujo los pedidos de técnicos y que promete mantener firme su demanda de empleo.
Falta inversión. "La curva de crecimiento del empleo de los primeros meses de año comenzó a amesetarse en todos los sectores; call center y servicios llegaron al nivel que querían, nada de planteles numerosos, y allí se quedaron", advierte Mariano Gewerc.
En Consultores de Empresas el freno comenzó a registrarse con anterioridad. "La cantidad de pedidos bajó entre mayo y junio, pero en julio comenzaron a reactivarse", dice González.
Martín Poncio no acuerda con la idea que los pedidos se reactiven: "La Encuesta de Expectativa de Empleo que realiza Manpower, después de haber llegado a cero por ciento, para el primer trimestre se ubicó en ocho, para el segundo llegó a 18, y en el tercero bajó a 11. Se espera que para el cuarto trimestre descienda a siete u ocho", asegura el ejecutivo.
Para el directivo de Manpower, muchas empresas utilizan toda la capacidad que tenían ociosa y para pensar en incorporar más personal deberían realizar grandes inversiones, lo que está claro que no sucederá.
"Las empresas no están realizando grandes inversiones, con lo que se quedan sin capacidad productiva para seguir incorporando gente", explica González.
Desbarajustes. Para Josefina Rex, los empresarios son muy sensibles a "los avatares" de la economía nacional: "Históricamente, julio fue un mes de pico en la demanda de empleo por parte de las empresas. Pero en el mes que pasó, cada vez que comenzaba alguna paritaria, la búsqueda se frenaba. Las paritarias definen el costo del empleo, marcan un rumbo. Los empresarios esperan que se fijen los salarios para después tomar empleados, por lo que puede que mejore en el segundo semestre".
La cuestión salarial se ha convertido en un factor condicionante en el empleo, tanto por el aumento en los costos laborales, como por las tensiones que generan entre empleador y empleado.
"La inflación produce un desbarajuste tal que ni el empresario y ni el trabajador saben dónde están parados", indica González.
"La masa salarial se mide contra el negocio; si el mercado "plancha" el precio y los costos aumentan, no se puede seguir aumentando los salarios. El problema es que, según el trabajador, la remuneración es baja y según el empresario el costo laboral es alto", opina Poncio.
El conflicto salarial no sólo se plantea entre el empleador y los trabajadores, sino también con los niveles gerenciales y mandos medios.
"En algunos rubros, los sueldos de los trabajadores se están acercando al de los gerentes. Los mandos medios siempre van rezagados en el aumento salarial; tienen que esperar hasta seis meses luego del aumento a los trabajadores", apunta González.
Según reseña Poncio, a fines del año pasado las consultoras esperaban incrementos salariales de 14 a 17 por ciento para este año, pero los convenios cerraron aumentos de 25 a 50 por ciento, retrasando el aumento salarial para los gerentes.
Otro problema que trajo la inflación y los permanentes ajustes salariales es la profundización en las diferencias entre las remuneraciones entre una empresa y otra.
"Esto era normal en Argentina, pero se acentuó en los últimos años. Hay tanta disparidad entre los sueldos de una empresa y otra que cambiarse de compañía se convirtió en la mejor manera de crecer económicamente; cambiar de trabajo para mejorar el sueldo ya es una tendencia", explica Gewerc.
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