Se estima que el 45% de los adultos ronca ocasionalmente, pero que al menos el 25% lo hace en forma habitual.
Si bien los ronquidos suelen ser tomados como un factor normal del
descanso (afectan al 45% de los adultos en forma ocasional y al 25% en
forma habitual), cuando se vuelven crónicos deben ser tratados como
síntomas de un trastorno más serio. La llamada apnea del sueño tiene una
alta incidencia no sólo sobre la vida social y de pareja de quienes los
padecen, sino también sobre su salud.
El diagnóstico, según indica el doctor Claudio Haissiner, presidente
de la Sociedad Argentina de Ronquido y Apnea del sueño, debe incluir “un
examen completo por un otorrinolaringólogo, previa evaluación clínica
general. Y, en caso de sospecharse una apnea del sueño moderada o
severa, deberá solicitarse un estudio del sueño, llamado
polisomnografía, capaz de registrar las apneas”, reveló.
Durante el descanso del roncador se producen además los
característicos silencios conformados por pausas respiratorias. Cada una
de dichas pausas, conocida como apnea, constituye un lapso en el cual
deja de ingresar el aire a nuestro cuerpo. Por lo tanto, cuantas más
pausas existan durante el descanso y cuanto más prolongadas sean, mayor
será el daño sufrido por nuestro organismo, lo que a su vez producirá
mayor cantidad de trastornos para el roncador, como cefalea, problemas
de concentración y pérdida de la memoria, somnolencia diurna y
propensión a la irritabilidad, así como trastornos en la vida sexual.
La apnea del sueño afecta además el rendimiento físico e intelectual
de quienes la padecen, lo cual puede resultar crítico en términos de
seguridad laboral y vial, además de provocar depresión y dificultades en
el desarrollo de las relaciones sociales.
Afortunadamente, la apnea del sueño y los ronquidos pueden ser
tratados médicamente. Existen algunos factores que predisponen el
ronquido, como la obesidad, el tabaco y el alcohol. En el caso de las
mujeres, en la juventud y la madurez la incidencia de los ronquidos se
verifica en menor medida que en los hombres, elevándose a partir de la
menopausia, donde el porcentaje de hombres y mujeres roncadores se
iguala.
Algunas indicaciones para moderar los ronquidos implican hacer
ejercicio, regular y mejorar la alimentación, de existir sobrepeso, y
evitar el tabaco y los sedantes, moderando a su vez la ingesta de
alcohol. También puede ser eficaz dejar un espacio de por lo menos dos
horas entre la finalización de la cena y el inicio del sueño.
En cuanto al tratamiento médico, el doctor Haissiner señala que en la
actualidad existen dos líneas definidas: “Para aquellos pacientes cuyo
índice de apneas es elevado y en los cuales no se aconsejan cirugías, la
indicación es el uso de un CPAP, dispositivo externo que envía aire a
presión a los pulmones evitando las apneas. Si bien su uso mejora de
forma significativa el problema, también tiene un índice alto de
intolerancia”.
En otro grupo de pacientes, donde son posibles las correcciones
anatómicas, se ha diseñado un protocolo que se denomina cirugía
mínimamente invasiva multinivel, que “consiste en realizar cirugías
mínimas con anestesia local y de forma ambulatoria en sitios como el
paladar, la campanilla, la nariz y la lengua, logrando así mejorar la
entrada de aire. Estos procedimientos son posibles gracias al uso de una
técnica llamada Coblation, que se basa en aplicar radiofrecuencia
intersticial en los tejidos afectados. En algunos casos puede
complementarse con una placa bucal de uso nocturno”, aseguró.
Está comprobado científicamente: dormir bien es imprescindible para
mantener una vida saludable, pues sin un descanso adecuado nuestra salud
y nuestra calidad de vida se resienten. Los ronquidos constituyen un
trastorno tratable. Por eso se aconseja consultar a un especialista ante
la aparición frecuente y habitual de los mismos.
Publicado por Bureau De Salud
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