Las compañías hacen participar a sus empleados en acciones de RSE solidarias para motivarlos y fidelizarlos.
El esquema clásico de eventos de team building (trabajo en equipo)
con juegos y competencias está dejando paso a un nuevo enfoque en la
estrategia de las empresas para fidelizar empleados: hacerlos participar
en acciones de Responsabilidad Social Empresaria (RSE) solidarias y de
cuidado ambiental.
Según Sergio Ventura, titular de la consultora multinacional de eventos corporativos MCI, esta tendencia “arrancó hace tres años en Europa y en la Argentina hace un año y medio”. Con buenos resultados, la consultora viene proponiendo desde 2010 a las empresas que hagan participar a sus empleados en actividades de recolección de objetos para donar, producción de bienes para gente necesitada o reciclado de materiales, entre otras.
Según Sergio Ventura, titular de la consultora multinacional de eventos corporativos MCI, esta tendencia “arrancó hace tres años en Europa y en la Argentina hace un año y medio”. Con buenos resultados, la consultora viene proponiendo desde 2010 a las empresas que hagan participar a sus empleados en actividades de recolección de objetos para donar, producción de bienes para gente necesitada o reciclado de materiales, entre otras.
Para dos de los clientes de MCI, los bancos Supervielle y Comafi,
esta sugerencia fue algo nuevo porque sus acciones de RSE no incluían a
los empleados o lo hacían esporádicamente. Por eso, explicó Ventura, la
idea de la nueva propuesta es actualizar las acciones de eventos
corporativos clásicos, que suelen incluir juegos y competencias entre
los empleados, para aumentar la motivación del staff y mejorar el
trabajo en equipo.
Así, en el caso del Supervielle, durante una jornada en Mar del
Plata, unos 450 empleados trabajaron pintando muebles (percheros,
sillas, mesas) para el hogar de calle de la ONG infantil Palestra. Y en
el Comafi, unas 100 personas de distintos sectores participaron de dos
jornadas de integración solidarias: en una se pintaron juguetes, mesas y
sillas para donar a escuelas de Longchamps y en otra se cocinaron
galletitas para el comedor “Sol Naciente” del Bajo Flores.
Las experiencias tuvieron muy buena recepción entre los empleados:
por ejemplo, en el caso del Supervielle, una encuesta de satisfacción
mostró que la convención de Mar del Plata fue el evento más recordado
entre quienes participaron. El gerente de Recursos Humanos del
Supervielle, Santiago Batlle, explicó que luego de la crisis hubo una
cambio de mentalidad: “La gente tiene una mayor sensibilidad y no le
gusta estar en una empresa que sólo gane plata y no la derrame a las
comunidades”.
Además, agregó, “hoy los jóvenes de la generación Y no trabajan sólo
por la plata, sino que necesitan sentirse orgullosos de estar en una
empresa socialmente responsable”.
A su juicio, para esta generación el reconocimiento pasa hoy por tres
planos: el económico (que es imprescindible pero no suficiente), el del
esfuerzo (valorar el desempeño) y el de estar en una empresa que se
preocupa por la situación familiar de los empleados y la comunidad.
Grandes beneficios
Las ventajas de este tipo de acciones fueron notorias. En el caso del
Supervielle, más allá de cumplirse los objetivos de management buscados
(aumento de la motivación, trabajo en equipo, etc.), mejoró el clima de
trabajo, el compromiso, la comunicación inter e intra áreas y la
identificación con la empresa.
Otro efecto benéfico fue que se generó proactividad: en el
Supervielle, por ejemplo, los empleados pidieron continuar con las
actividades solidarias y armaron grupos de voluntarios y cadenas de
donaciones. Según Batlle, “se despertó una necesidad (solidaria)
insatisfecha que hizo que los empleados quisieran donar dinero para
construir dos baños para Palestra y compraran nebulizadores”. Además, la
experiencia “generó un efecto dominó en quienes no participaron, que
empezaron a aprovechar los eventos corporativos o a participar en otras
campañas, como las de cuidado medioambiental”.
Movido por el éxito de esta experiencia, el Supervielle está haciendo
una campaña de clasificación de papel dentro del edificio y en los
próximos eventos los empleados deberán llevar alimentos no perecederos,
que luego un equipo de voluntarios distribuirá en determinadas
organizaciones. A esto se suma la campaña para donar ropa que están
haciendo para ayudar a a Palestra a armar una feria americana. Y en el
Comafi, se hizo hace poco una donación solidaria de sangre.
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