La serie de TV ya terminó en EE. UU. Por qué "Doctor House" dejó su marca en la historia de la pantalla chica.
Pasaron 177 capítulos, en ocho temporadas, y finalmente Gregory House
nos ha dejado para siempre. Es que el pasado 21 de mayo en los Estados
unidos se emitió por última vez Doctor House, una de las series más importantes e intensas en la historia de la televisión.
Así,
millones de fanáticos alrededor del mundo (se calcula que tuvo una
audiencia record de 82 millones en todo el globo) quedamos huérfanos de
uno de los personajes más ricos de la pantalla. Tal vez, el más grande
de los personajes principales de una serie.
House fue un adicto,
un irreverente, un sociópata, un manipulador. Pero así y todo se
convirtió en un ser amado por sus "pacientes" televidentes, que le
toleraron todo. Tal vez porque hizo algo bien difícil de llevar adelante
por los humanos, dejarse llevar siempre por la razón y no por el
corazón.
Y esa herramienta fue clave para descifrar sus enigmas.
House fue un adicto a los rompecabezas, a develar el misterio por sobre
cualquier cosa. Y aquí otro de los puntos interesantes de la serie que
su creador David shore creó a imagen de Sherlok Holmes.
Durante
las series policiales el público acompaña la trama arriesgando a cada
momento el desenlace. Aquí, eso era sencillamente imposible. La
complejidad y la terminología médica dificultaban cualquier pronóstico.
Al fin y al cabo, no importaba, el bueno de House finalmente iba a tener
la razón.
House siempre tuvo la razón, pero siempre fue House. La
coherencia narrativa a través de los años fue implacable. Se enamoró,
en un amor feroz y contradictorio (cosa bastante normal en estos
tiempos) de su jefa y cable a tierra Cuddy; manipuló y psicopateó a sus
empleados; recibió golpes; fue baleado; padeció su adicción química; fue
internado en una clínica psiquiátrica... y siempre se mantuvo fiel a su
necedad.
En tiempos en lo que las series recurren a mecanismos
mágicos, enroscadas vueltas de tuerca, precuelas o simplemente cosas que
no tienen explicación, conservar esta cordura narrativa sobresale.
House y su séquito no cambiaron a lo largo de los años. Puede que, en
algunos casos, en mayor o menor medida hayan madurado, pero no se han
transformado.
La serie, que revitalizó como ninguna el género del
drama médico, se circunscribió a capítulos perfectos con resolución en
cada emisión. Lo que sí puede haberse transformado o en todo caso
evolucionado, fue el foco entre las primeras temporadas y las
siguientes. Al comienzo, el caso médico en sí cargaba con toda la
tensión del capítulo, pero más adelante el primer plano pasó a ser de
Gregory y su equipo y las historias que comenzaban a tejerse.
El fin de Doctor House deja un insoportable ruido blanco en la pantalla. Y eso no tiene cura.
Cómo es el capítulo final
Si usted es uno de los tantos lectores que no ha visto el final de House (se emite el 21 de junio por Universal en Argentina) es el momento de dejar de leer este texto, ya que los próximos renglones develarán contenido del final de la serie (spoiler).
El último juego de
la serie se llama “Todo el mundo muere”, y no es casualidad, ya que la
muerte, ineludible pero también como vía de escape al dolor, es el
epicentro gran final. Para el fin no se buscó el caso médico más
complejo o increíble, sino que los autores decidieron meterse en el
laberinto más misterioso: el inconsciente de House.
Tirado en el
suelo de un viejo edificio al que ha llegado para acompañar a un
moribundo adicto a la heroína, Gregory queda desvanecido por un incendio
que se ha desatado y comienza una agonía hacia su propia muerte. Este
viaje no deja de ser un decálogo de todos los momentos que él ha
atravesado a lo largo de la serie. Así, se presentan apariciones
oníricas como la de Kutner (su empleado que se había suicidado) Amber,
la ex mujer de Wilson que le sirvió en buena parte de la serie para
dialogar con su otro yo, Stacy, su ex mujer y la bella Camerón que, como
un ángel de la muerte le ofrece esa vía como la mejor opción al dolor.
En el final, hay hasta un velorio en el que hablan todos los que alguna
vez fueron parte del show, lamentablemente Cuddy fue la gran ausente. La
historia y ella merecían un lugar. Así, cuando su fiel amigo Wilson
(que padece cáncer) cree que pasará sus últimos meses solo, un mensaje
le hará saber que la muerte de House fue otra zancadilla al destino y
que él aún vive. Las últimas imágenes quedan lejos del gran final
apoteótico que se podía imaginar. Lo único alentador es que, si algún
día se deciden (o arrepienten) la historia podría continuar.
Las 10 frases de House
1. "Todo el mundo miente"
2. "Podemos vivir con dignidad, no podemos morir con ella"
3. "Admita el pasado, niegue el presente"
4. "si te estás muriendo todo el mundo pasa a amarte"
5. "Casi morir no cambia nada. Morir cambia todo"
6. "Las personas no cambian"
7. "La culpa es irrelevante"
8. "Para tratar enfermedades somo médicos, tratar pacientes es el inconveniente de la profesión"
9. "He dicho que soy adicto, no que tenga un problema"
10. "El cáncer es aburrido"
1. "Todo el mundo miente"
2. "Podemos vivir con dignidad, no podemos morir con ella"
3. "Admita el pasado, niegue el presente"
4. "si te estás muriendo todo el mundo pasa a amarte"
5. "Casi morir no cambia nada. Morir cambia todo"
6. "Las personas no cambian"
7. "La culpa es irrelevante"
8. "Para tratar enfermedades somo médicos, tratar pacientes es el inconveniente de la profesión"
9. "He dicho que soy adicto, no que tenga un problema"
10. "El cáncer es aburrido"
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