En algunos países la población disminuirá hasta un 6%. En América Latina eso no sucederá.-
El grupo etário de 15 a 64 años de edad, imprescindible desde el
punto de vista económico, disminuirá hasta un 6% sobre la población
total en algunas naciones en los próximos ocho años, destacando la
presión sobre los sistemas nacionales de pensiones sin financiamiento,
sostiene Mercer. Sin embargo, los principales países de América Latina,
con poblaciones jóvenes, se encuentran entre los pocos países donde la
población en edad de trabajar aumentará sobre la población total en los
próximos ocho años.
Hong Kong enfrenta la mayor disminución en dicho grupo etáreo: pasará de 76% sobre la población total en la actualidad a un 70% en el año 2020. Canadá, Japón y Rusia son las principales economías donde se prevé que la población en edad de trabajar disminuya en un 4% sobre la población total. En China, el Reino Unido y los Estados Unidos de América se espera una disminución del 2%.
Hong Kong enfrenta la mayor disminución en dicho grupo etáreo: pasará de 76% sobre la población total en la actualidad a un 70% en el año 2020. Canadá, Japón y Rusia son las principales economías donde se prevé que la población en edad de trabajar disminuya en un 4% sobre la población total. En China, el Reino Unido y los Estados Unidos de América se espera una disminución del 2%.
Por el contrario, en algunas economías de mayor crecimiento, la
población en edad de trabajar aumentará sobre la población total en los
próximos ocho años. Además de Brasil y México, éstas incluyen Pakistán,
que espera un crecimiento del 3%, y la India, Indonesia y Malasia prevén
un crecimiento del 2%.
Otros países de América Latina aprovecharán las características
demográficas estables. En Argentina, la proporción de población en edad
de trabajar sobre la población total es baja para los próximos ocho
años, mientras que el porcentaje de personas en edad de trabajar crecerá
un 1% en Colombia, Ecuador y Venezuela.
“Las principales economías de América Latina se encuentran entre un
grupo reducido de países donde los cambios demográficos son favorables.
Esto brinda la posibilidad de adoptar medidas para fomentar la
planificación del retiro y así evitar los problemas de países que están
lidiando con desafíos demográficos inmediatos”, sostuvo Gaurav D. Garg,
Presidente Regional de Mercer para los Mercados en Crecimiento. “Creemos
que las compañías y los empleados deberían aprovechar su posición
favorable para explorar las mejores formas de prepararse y organizar el
retiro. Mercer está trabajando con nuestros clientes de América Latina
para colaborar en la construcción de programas de retiro que brinden
seguridad en las pensiones, sean rentables y proporcionen al empleador
una ventaja competitiva”.
Según la Dra. Deborah Cooper, Socia del negocio de retiro de Mercer,
“Si bien los cambios en todo el mundo parecen menores en términos
porcentuales, debemos recordar que esto implica un cambio demográfico
drástico en los próximos ocho años, representa a cientos de millones de
trabajadores, y puede provocar un importante impacto en los sistemas
estatales de pensiones. La mayoría de los planes nacionales de retiro se
encuentran financiados por el Estado y comienzan a pagar la jubilación a
partir de los 65 años aproximadamente, por lo que una reducción en el
número del grupo más económicamente activo implicará una disminución en
los fondos disponibles para los programas de asistencia social, salud y
retiro. Al mismo tiempo, el grupo mayor de 65 años de edad de un país
puede aumentar, utilizando una mayor proporción de recursos financieros
escasos de la población activa más reducida”.
Numerosos gobiernos han reaccionado al envejecimiento de sus
poblaciones aumentando la edad mínima para percibir la jubilación
estatal, combinado con una reducción del monto de jubilación a ser
pagado. Según Mercer, en numerosos países, los empleados de compañías
que ya lidian con el impacto del cambio demográfico en sus propios
planes de retiro, esperan que éstas cubran la brecha en los beneficios
de salud y retiro, a medida que los estados-nación se “retiran”.
“Los gobiernos ya se están moviendo en este plano mediante la
eliminación de las edades de retiro por defecto o ajustando las edades
normales de retiro,” sostuvo la Dra. Cooper. En Mercer, también estamos
observando movimientos en el plano corporativo.
Según la Dra. Cooper, “Si miramos más allá del porcentaje total de la
población que se encuentra en “edad de trabajar”, podrían existir
factores positivos que contrarresten esto. Si la proporción de personas
en edad de trabajar que tienen empleo, o que se encuentran en la
búsqueda activa de empleo, se incrementa, esto ayudará a mitigar el
problema. Asimismo, recientemente, la continua reducción de la edad para
dejar de trabajar por vejez se ha desacelerado, e incluso se ha
invertido en algunos países. Esto sugiere que los individuos están
comenzando a reaccionar frente al creciente costo de retirarse a las
edades actuales”.
“Las economías emergentes enfrentan sus propios desafíos”, concluyó
Fergal McGuinness, Socio senior del negocio de retiro de Mercer. “¿Sus
poblaciones envejecerán antes de hacerse ricas? ¿Seguirán al mundo
desarrollado por el peligroso camino de los sistemas de seguridad social
insostenibles? En particular, será interesante observar el caso de
China, ya que su política de “un hijo” ha acelerado el fenómeno de
envejecimiento en dicho país. Ciertamente, las elevadas tasas de ahorro
de la población general de China apuntan a las preocupaciones por la
seguridad de las prestaciones brindadas tanto por el Estado como por la
compañía”.
“El cambio demográfico también tendrá consecuencias sobre los costos
asociados con la salud”, concluyó el Sr. McGuinness, “y arroja
interesantes desafíos para la planificación de la fuerza de trabajo. Una
fuerza de trabajo de mayor edad también significa una clientela en
proceso de envejecimiento. ¿Una fuerza de ventas de mayor edad se
relacionará mejor con los clientes del futuro? Determinadas industrias
ya están enfrentando escasez de talentos para competencias clave, debido
al retiro de profesionales experimentados. Las estrategias que incluyen
capacitar a los perfiles más jóvenes y permitir una mayor flexibilidad
durante la transición hacia el retiro pueden hacer una diferencia
sustancial en el resultado final para las organizaciones afectadas”.
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